martes, 4 de octubre de 2011

Arquitectura egipcia

En primer lugar, aquí tenéis un enlace a un gráfico con la evolución de las tumbas reales en el Antiguo Egipto:
Evolución tumbas reales




Mastaba de Meidum



Pirámides de Giza


Pirámide de Keops

Pirámide de Kefrén

Pirámide de Mykerinos

Esfinge de Giza

Tumbas hipogeos

Esquema templo egipcio

Avenida de carneros del templo de Karnak

Pilonos del templo de Karnak
Representaba la entrada al templo y era una pared monumental formada por un alto y ancho muro en forma de tronco de pirámide con una puerta central. Cada una de las dos torres que formaban el pilono representaba los acantilados de cada lado del valle del Nilo, pero también eran, a la vez, las dos montañas que flanquean el disco solar. Las paredes, trapezoidales, contenían aberturas en las que se colocaban mástiles y banderolas, que simbolizaban la presencia del dios. Generalmente estaban precedidos de obeliscos que aluden a la morada del dios, a la relación entre lo terrestre y lo solar, lo sagrado, o colosos de reyes, normalmente sedentes, simbolizando los hijos vivientes del dios. Normalmente estaban decorados con escenas en relieve de temas históricos o religiosos o sacrificio de prisioneros por parte del faraón en presencia del dios al que estaba dedicado el templo.

Patio templo egipciio

Sala hipóstila templo egipcio

Después del patio se abría la sala hipóstila que, durante el Reino Nuevo, se encontraba sobre una plataforma y en la época ptolemaica a ras de suelo. Podía estar precedida por un vestíbulo. Las salas hipóstilas llegaron a ser uno de los mayores logros de la arquitectura egipcia. Era un recinto de columnas altas y gruesas que formaban un bosque de piedra sosteniendo una cubierta arquitrabada. Generalmente las filas centrales eran más altas que las laterales y el espacio se elevaba en la zona del eje central del templo formando una especie de nave principal. Esto permitía abrir ventanas laterales por las que penetraba la luz, aunque escasa ya que a medida que se accedía al santuario se disminuía la cantidad de luz. La función de la sala era la de salón de recepción del dios. Los relieves con los que se decoraba representaban escenas de las ceremonias religiosas que se practicaban en el templo. El acceso a la sala hipóstila estaba restringido a los altos funcionarios, escribas y gente noble. Cuando el templo tenía más de una sala hipóstila el acceso a cada una de ellas era cada vez más restringido.

Obelisco frente a los pilonos del templo de Amón-Re en Luxor

EL RITUAL DIARIO ANTE LA ESTATUA DEL DIOS
El ritual diario que los sacerdotes llevaban a cabo incluía, básicamente, 3 grupos de actos diferentes: Las ceremonias preliminares, el despertar y atavío del dios, y la comida. El faraón, o, en la mayoría de los casos, el sacerdote encargado por él, se purificaba y ahuyentaba las malas influencias con fuego e incienso, en las dependencias destinadas a tal efecto, para posteriormente acceder a la capilla en la que se encontraba el dios rompiendo el sello de la puerta. Una vez dentro se postraba ante la imagen divina entonando alabanzas o himnos específicos. Tras esto se limpiaba la estatua con ungüentos y productos preparados en una de las salas, se le vestía y adornaba con los objetos reales y divinos, se le aplicaban los cosméticos oportunos al rostro y por último se le servía la comida, con gran cantidad de alimentos. La comida podía llevarse a cabo hasta 4 veces, según los 4 puntos cardinales, para que el dios pudiese alimentarse en cualquier punto del Universo. Tras retirar las ofrendas se volvía a sellar la puerta hasta el nuevo ritual. Estos se celebraban 3 veces al día, si bien el primero, el del amanecer era el más importante.

Semiespeo reina Hatshepsut

Espeo de Ramsés II

Espeo de Nefertari

Insignias del faraón

Capitel papiriforme

Capitel lotiforme

Capitel palmiforme

Capiteles egipcios



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