jueves, 1 de diciembre de 2011

ARTE ANDALUSÍ

ALMUNIA: Huerto, granja.


Del árabe hispánico almúnya, quinta, y este del árabe clásico munyah, deseo.

Almunia era el nombre dado por los árabes a una villa o casa de campo en las proximidades de una ciudad: una explotación agrícola que a veces también desempeñaba funciones defensivas...

La típica almunia siempre trataba de aprovechar al máximo los recursos naturales disponibles: los cultivos intensivos eran respetuosos con el ecosistema, y se buscaba un equilibrio sostenible en el que se entremezclaban los árboles frutales, plantas exóticas y plantas aromáticas. En la almunia el agua era imprescindible, y estaba presente en forma de estanques, acequias o fuentes.

Es notable que todavía hoy persisten nombres de pueblos en España que aluden a las almunias, por ejemplo: La Almunia de Doña Godina (Zaragoza), Rafol de Almunia (Alicante), Almunia de San Juan (Huesca)...

al-Rusafa
Las almunias eran residencias campestres, a veces verdaderos palacios, situados a las afueras de la ciudad. No eran sólo grandes fincas de recreo rodeadas de extensos jardines bien irrigados, sino también importantes explotaciones agrícolas o ganaderas que producían cuantiosos beneficios al propietario. Una de las más antiguas de Córdoba era la almunia al-Rusafa, edificada por el emir Abd al-Rahman I (756-788) al norte de la capital. En ella, según las fuentes, se plantaron plantas exóticas y árboles traídos de Siria y otras regiones por los agentes del emir, entre ellos una palmera y unos granados que daban gruesos frutos, variedad que fue conocida desde entonces como granada rusafí, por proceder de la Rusafa siria, o granada safarí, en recuerdo de Safar, la persona que, al parecer, la introdujo en la provincia de Málaga. Esas nuevas especies, incluida dicha granada, se aclimataron en esta almunia y después se expandieron por la Península.





Palacio Galiana 
Es una construcción de estilo mudéjar que data del siglo XIII, levantado sobre un edificio musulmán del siglo XI, en la zona conocida como la  antigua Huerta del Rey, en las afueras de la ciudad amurallada de Toledo. En su época musulmana, el Palacio fue construido para ser lugar de recreo el rey taifa Al-Mamún.
Su actual nombre Galiana fue adquirido durante el siglo XVI, honrando a una princesa musulmana, hija del rey Galafre y esposa de Carlomagno.
Según archivos históricos, era un hermoso lugar con un espléndido jardín botánico y finca de recreo, con piscina y en cuyo centro se levantaba un fantasioso kiosco con cientos de vidrios de colores. 
Hoy día, con algunas restauraciones, el Palacio Galiana es uno de los atractivos turísticos para conocer en Toledo. Es de planta rectangular, con una gran sala dividida en tres naves que están comunicadas por medio de un patio interno. Una de sus fachadas mira hacia el río Tajo, mientras que otra a un estanque, que al parecer fue donde se encontraba la piscina.











Palacio de la Aljafería

La Aljafería (en árabe: قصر الجعفرية Qasr al-Ya`fariyya) es un palacio fortificado construido en Zaragoza en la segunda mitad del siglo XI por iniciativa de Al-Muqtadir como residencia de los reyes hudíes de Saraqusta. Este palacio de recreo (llamado entonces «Qasr al-Surur» o Palacio de la Alegría) refleja el esplendor alcanzado por el reino taifa en el periodo de su máximo apogeo político y cultural.
Su importancia radica en que es el único testimonio conservado de un gran edificio de la arquitectura islámica hispana de la época de las Taifas. De modo que, si se conserva un magnífico ejemplo del Califato de Córdoba, su Mezquita (s. X), y otro del canto de cisne de la cultura islámica en Al-Ándalus, del s. XIV, La Alhambra de Granada, se debe incluir en la tríada de la arquitectura hispano-musulmana La Aljafería de Zaragoza (s. XI) como muestra de las realizaciones del arte taifa, época intermedia de reinos independientes anterior a la llegada de los almorávides.
Las soluciones adoptadas en la ornamentación de la Aljafería, como la utilización de arcos mixtilíneos y de los salmeres en «S», la extensión del ataurique calado en grandes superficies o la esquematización y abstracción progresiva de las yeserías de carácter vegetal, influyeron decisivamente en el arte almorávide y almohade tanto del Magreb como de la Península Ibérica. Asimismo, la transición de la decoración hacia motivos más geométricos está en la base del arte nazarí.


















Vivienda islámica
Nos encontramos ante un clima cálido-seco
Se caracteriza por una humedad baja y una temperatura alta durante el día y baja durante la noche.
Ante esta situación la arquitectura popular se ha construido según los siguientes invariantes básicos:  

    - Protección de la radiación solar.
    - Incorporación de mucha masa térmica.
    - Enfrimiento evaporativo.
    - Enfrimiento radiante.

Estrategias de caracter urbano:
    - La presencia de patios autosombreados por el edificio.
    - Calles estrechas autosombreadas por los edificios que las conforman y por los complementos (toldos, cañizos, celosías, etc.) que se coloquen sobre ella.
    - Voladizos que sombreen las calles.
    - Calles con un trazado irregular que dificulte la circulación del aire diurno caliente.
    - Presencia de vegetación que permita el enfriamiento evaporativo.

Estrategias edificatorias:
    - Voladizos que sombreen los huecos y las fachadas.
    - Huecos pequeños y protegidos con celosías, contraventanas, cortinajes, etc.
    - Colores de las fachadas claros para reflejar la radiación solar.
    - Muros gruesos y pesados para dotar al edificio de mucha masa térmica y asegurar en el interior una temperatura estable cercana a la media del día.
    - Presencia de patios que permitan la presencia de vegetación (enfriamiento evaporativo) y la reirradación nocturna (enfriamiento radiante).
    - Presencia de agua en forma de fuentes, estanques, recipientes, albes, etc.
La casa islámica es una construcción de aspecto pobre al exterior, diseñada para ser mirada y vivida desde el interior. La puerta de entrada nos muestra un pasillo o zaguán oscuro, seguido de un recodo antes de acceder al patio. A este patio, fuente de frescor, se abren el resto de habitaciones de la casa, al exterior se muestran los muros ciegos.
El patio musulmán también es muy diferente a la idea de jardín occidental. Para él, su jardín del eden es un lugar fresco, sombrío, con agua por el suelo... Un paraiso diferente, debido a las diferentes condiciones geográficas, la baja pluviosidad, el máximo soleamiento, y las enormes diferencias de temperaturas, que provocan vientos muy fuertes.
Ante esto, el hombre se aisla del exterior para conseguir sombra, y evitar los vientos. Aquí surge el PATIO, como una habitación más de la casa, la más importante.  Además de reducir el impacto climático, permite al aren de la familia que no pueda salir al exterior, estar al aire libre.
En la cultura islámica no se buscaba lo unfinito, sino lo mensurado, la escala humana. Para lograrlo utilizan pantallas de columnas, celosías, que dividen espacios, y los ejes quebrados, que dan lugar a construcciones sin un orden externo, pero si interno, que pueden crecer sin que desaparezca el tipo.




Ciudad islámica
La ciudad islámica responde a un tipo de sociedad introvertida y fuertemente jerarquizada en la que las relaciones comunitarias son mínimas. La vida se desarrolla dentro de la vivienda, muy espaciosa y lujosa, sin apenas vanos exteriores. El aspecto de la ciudad islámica es muy pobre ya que tiende a carecer de adornos. Damasco, Bagdad, El Cairo, Fez, Marraquech, Córdoba, Toledo, son ciudades islámicas bien porque se crearon de nueva planta bien porque se transformaron tan intensamente que no es posible descubrir en su plano la morfología anterior.
El callejero es irregular y estrecho en el que con frecuencia hay calles que no tienen salida o dan a los adarves. Son auténticos laberintos. Muchas de estas calles forman barrios con puertas que se cierran por la noche y los días de fiesta, aislándolos del resto de la ciudad. No hay en la ciudad islámica plazas, edificios públicos y de diversión, como teatros y circos. Los únicos lugares comunes son los baños, el zoco y la mezquita.
En todas las ciudades hay una segregación funcional del espacio muy acusada. Existen barrios de carpinteros, teñidores, orfebres, zapateros, etc., y el lugar del mercado, el zoco, que se situaba en un barrio con las mismas características que los demás; calles estrechas y tortuosas, incluso cubiertas. Aunque es cierto que, modernamente, se han construido zocos en recintos cerrados y plazas cercadas. En la ciudad medieval islámica existen tiendas fijas y mercados permanentes, cosa que no encontramos en las cristianas; no en vano su población supera en mucho a estas. Algunas de ellas cuentan con más de 100.000 habitantes, y otras los 500.000, como Córdoba, Bagdad, Damasco, Toledo, Granada, Fez o Marraquech. Se trata de una cultura urbana muy desarrollada, y con una morfología uniforme que se extiende desde la península ibérica hasta la India.
La ciudad medieval islámica está amurallada y por lo tanto tiene puertas en las que se pagan impuestos de paso por las mercancías. La muralla encierra la medina: la ciudad. Tras las murallas surgen barrios de arrabales, frecuentemente especializados, donde se sitúan los oficios no deseados dentro de la ciudad, como los curtidores.
También existen ciudades fortaleza llamadas casba, que son en realidad un castillo con dependencias familiares en el interior, en el que no hay calles.
La casa islámica es el lugar donde se desarrolla la vida, tiene un patio ajardinado interior y dos tipos de estancias: las privadas o harén, y en donde se reciben las visitas, que en los palacios turcos se llama salámlik.




Mezquita



Sahn y sabil



Alminar



Minbar



Madrasa




Alcaicería

Se denominaba alcaicería al lugar de las ciudades de al-Ándalus, donde se autorizaba a comerciar, al por mayor, con seda bruta. Después la actividad se extendió a la venta de objetos de seda elaborados, para llegar a ser conocido como el mercado de todos los productos textiles, aunque la seda siguió siendo el objeto fundamental de venta.
La etimología del término no es clara, si bien se atribuye al hecho de que el emperador Justiniano concedió el derecho al comercio de la seda a los pueblos árabes. Conociéndose al emperador entre los árabes como qaysar (Caesar = césar), evolucionó hasta Al-qaysar y de ahí a Alcaicería o Alcacería.
Las Alcaicerías de mayor renombre –aunque no las únicas– de al-Ándalus fueron las de Madinat Garnata (Granada) y Sevilla, por este orden. En la actualidad, en Granada, se mantiene la denominación al lugar donde se encontraba su antiguo emplazamiento, que fue destruido en el incendio de 1843, y se conoce como La Alcaicería. Sigue siendo una zona comercial próxima a la Catedral y conserva rasgos de los zocos árabes y algunos recuerdos de la bulliciosa actividad del mercado de la seda nazarí.



Zoco




Alhóndiga











Kubba



Ribat


lunes, 28 de noviembre de 2011

Continuación de arquitectura bizantina. La decoración musivaria.


Basílica de San Sergio y San Baco



La Basílica de San Sergio y San Baco (griego, Eκκλησία τῶν Άγίων Σεργίου καί Βάκχου ὲν τοῖς Ὸρμίσδου), es una mezquita de Estambul que tiene su origen en una iglesia ortodoxa dedicada a San Sergio y San Baco en Constantinopla, que se convirtió en templo musulmán durante el imperio otomano.
El edificio bizantino con una cúpula central fue eregido en el siglo VI siendo el modelo en el que se inspiraron para la construcción de Santa Sofía por lo que es conocida también con el nombre de Pequeña Santa Sofía. Es uno de los mejores ejemplos de arquitectura bizantina temprana de Estambul.
Según cuenta la leyenda durante el reinado de Justino I, su sobrino Justiniano fue acusado de traición contra el trono por lo que fue sentenciado a muerte. Sin embargo los santos se aparecieron en un sueño a Justino y atestiguaron la inocencia de Justiniano. Gracias a esto fue liberado y su título de César fue restaurado. En agradecimiento a los santos, Justiniano, prometió dedicar una iglesia a los mártires una vez fuera proclamado emperador.
La construcción de la iglesia se inició en el año 527 siendo finalizada la obra en el 536 siendo uno de los primeros actos en el reinado del emperador.
Debido a su fuerte semejanza exterior a la iglesia de Santa Sofía, se cree que el edificio fue diseñado por los mismos arquitectos, llamados Isidoro de Mileto y Antemio de Tralles, y que su erección fue una especie de zona de pruebas para Santa Sofía. Sin embargo, en términos de detalles arquitectónicos, el edificio es totalmente diferente en diseño del de Hagia Sophia y la teoría de que era una versión en escala reducida se ha desacreditado en gran parte.





Arquitectura

La mampostería de la estructura exterior adopta la técnica de ese período en Constantinopla, utiliza ladrillos hundidos en camas gruesas del mortero. La estructura tiene la forma de un octágono inscrito en un cuadrilátero irregular. Es rematado por una bóveda de dieciséis compartimientos con ocho secciones planas que alternan con ocho cóncavas, colocándose en ocho pilares poligonales.


Delante del edificio hay un pórtico con un pequeño jardín y una fuente para las abluciones.



En el interior del edificio hay una columnata de dos pisos que discurre a lo largo del norte, del oeste y de los lados sur. Posee una elegante inscripción en doce hexámetros griegos dedicados al emperador justiniano, a su esposa, Teodora, y San Sergio santo-patrón de los soldados del ejército romano. Por una razón desconocida San Baco no es mencionado. La parte inferior tiene 16 columnas, mientras que la parte superior tiene 18. Muchos de los capiteles todavía llevan los monogramas de Justiniano y de Teodora.
Nada queda de la decoración interior original de la iglesia, que los cronistas contemporáneos describían como recubierto de mosaicos con paredes de mármol. Durante la conversión del templo a mezquita las ventanas y la entrada fueron modificadas, el nivel del suelo levantado y las paredes interiores enyesadas.


Sergio y Baco (mártires)


San Sergio y san Baco fueron durante principios del siglo IV importantes militares del emperador Maximiano, quien les tenía en gran estima por la valentía militar desempeñada en sus cargos: Sergio como primicerius (jefe-comandante de la escuela de los gentiles) y Baco como secundarius. Y fueron martirizados cuando se descubrió que eran cristianos.


Probablemente debido al alto cargo desempeñado y a la confianza personal con el emperador, se desató una fuerte envidia entre sus subalternos, quienes descubrieron su cristianismo ante él. Maximiano se negó a creerlo y los llamó para preguntárselo personalmente, puesto que el cristianismo era condenado con tortura y la muerte. Ante la declaración de fe cristiana de Sergio y Baco, el emperador les dio una última oportunidad: si hacían una ofrenda a los ídolos, no sólo serían perdonados sino además serían restituidos en sus cargos con aún más privilegios. Sergio y Baco se negaron.

Cuando llegaron al palacio, Maximiano los llamó y dijo ("las bodas de la semejanza", John Boswell): 'Sois los más malvados de los hombres, pues a cambio de la amistad que os he dispensado, convencido que observábais el debido respeto a los dioses, desvergonzadamente me habéis ofrecido lo que se opone a la ley de obediencia y sujeción. Pero ¿por qué habríais de blasfemar también a los dioses, a través de los cuales la especie goza de tan abundante paz? ¿No os percatáis de que el Cristo que adoráis era el hijo de un carpintero, nacido de madre adúltera, a quienes los denominados judíos ejecutaron mediante crucifixión, porque, conduciéndolos a error mediante la magia y proclamándose dios, se había convertido en causa de disensiones y múltiples problemas entre ellos? La gran raza de nuestros dioses nació toda ella de matrimonio legal, el del altísimo Zeus, el más santo, que a través de su matrimonio y unión con la bendita Hera les dio nacimiento. Imagino que también habréis oído hablar de los heroicos y doce principales trabajos del divino dios Hércules, nacido de Zeus'.
Baco fue golpeado hasta la muerte. A Sergio se le obligó a correr 18 millas con calzados que tenían clavos hacia adentro, atravesando los pies del santo. Luego fue decapitado (año 303).
Posteriormente fueron construidas varias iglesias en su honor, la iglesia de San Sergio y San Baco en Constantinopla (ahora mezquita), Acre y Roma. Su fiesta se celebra el 7 de octubre y se pueden ver en varias representaciones artísticas siempre juntos, algunas veces cabalgando como soldados, en pinturas típicamente matrimoniales o en pinturas con su uniforme militar y Jesús tras ellos.

Planta de la basílica de San Sergio y San Baco



Vista interior de la cúpula



Vistas de la cúpula y dos de las pechinas




Vista exterior desde el nártex (pórtico columnado)



Detalle del centro de la cúpula



Vista exterior



Vistas interiores





Detalle de capiteles



Restos a la vista del muro original (ladrillos y capas de mortero)



Nártex



Vista exterior desde la fuente de abluciones



Alzado



Técnicas constructivas bizantinas



La pechina




Basílica de Santa Irene


La iglesia de Santa Irene (en griego Αγία Ειρήνη) es una iglesia ortodoxa que está situada en el primer patio del Palacio de Topkapı en Estambul, Turquía.



La iglesia fue en la primera zona de culto construida en Constantinopla. El emperador Constantino ordenó la creación de la primera iglesia en el siglo IV. Durante la revuelta de Niká en el 532 la iglesia fue destruida. Justiniano I restauró la iglesia en el 548. Sirvió como sede del patriarcado de Constantinopla hasta la finalización de Santa Sofía en el 537.
En el siglo VIII un terremoto dañó seriamente a la iglesia. El emperador Constantino V ordenó su restauración y decoración con mosaicos y frescos. Destaca el Atrio único ejemplo bizantino que se conserva en la ciudad. Una gran cuz negra y dorada corona el Synthronon, cinco filas de asientos en el ábside es el único vestigio de arte Iconoclasta que queda en la iglesia.
Tras la caída de Constantinopla en manos de los turcos otomanos en 1453 a manos de Mehmed II, la iglesia fue añadida al interior del palacio. Los jenízaros usaron la iglesia como arsenal y en ocasiones como almacén de los botines de guerra. Durante el reinado del sultán Ahmet III (1703-1730) se convirtió en un museo de armas.



La iglesia tiene unas dimensiones de 100 m x 32 m. Posee una planta basilical romana consistente en una nave central con dos laterales dividas por columnas y pilares. Completan la estructura el nárthex, galerías y atrio. La cúpula tiene un diámetro de 15 metros y una altura de 35 metros con 20 ventanas.
Desde 1980 se usa como sala de conciertos durante el Festival de música de Estambul en el verano.

Anexo:

Irene de Tesalónica



Irene
 fue una mártir cristiana, hermana de Santa Ágape y Santa Quionia (en griego los nombres significan paz, amor y pureza, respectivamente). Se dice que fue capturada en posesión de la Biblia a pesar de la prohibición dictada por Diocleciano en el 303 D.C.
Fue martirizada al igual que sus hermanas por no negar la fe cristiana. En algunas obras se dice que fue quemada viva y en otras se cuenta que murió al atravesarle la garganta una flecha.
Santa Irene es más venerada en la Iglesia Ortodoxa y su día es el 5 de abril en el santoral católico.
Como reliquia se venera su supuesta mano en una iglesia ortodoxa griega en Astoria, Nueva York.

Alzado



Vista interior con arcada, columnata y nave lateral



Planta



Vista exterior



Vista interior de la cúpula sobre pechinas



Fachada



Vista interior con la cúpula sobre pechinas y el ábside



Vista exterior



Detalle del ábside con la decoración iconoclasta



Basílica de los Santos Apóstoles


La basílica de los Santos Apóstoles, también denominada en griego Apostoleion, fue un templo cristiano ubicado en la antigua Constantinopla, que se levantó originalmente para servir como mausoleo del emperador Constantino. Se trata de uno de los ejemplos más destacados de la primera arquitectura bizantina, principalmente por dos motivos: el concepto centralizado de la planta y la proliferación de cúpulas yuxtapuestas, de gran trascendencia posterior.



La primera iglesia de los Santos Apóstoles se levantó en época de Constantino, en el contexto de la construcción de la nueva capital imperial. Se hallaba en un punto elevado de la ciudad, sobre la cuarta colina, y cerca de la línea de murallas de Constantino. De ella no queda en la actualidad el menor vestigio, ya que en época de Justiniano fue sustituida por una nueva iglesia y ésta, a su vez, fue reemplazada en 1469 por la Mezquita del Conquistador. Así pues, toda imagen que podamos hacernos de aquella primera iglesia se basa en la descripción que Eusebio de Cesarea hace de ella en su Vida de Constantino.
Siguiendo esta fuente, la iglesia se hallaría en una amplia explanada, rodeada de salas de otros edificios públicos, como baños y salas de reunión. Se apunta la forma de cruz griega en su planta, descartando otras posibles configuraciones apuntadas anteriormente por otros estudiosos. Uno de los brazos de esta cruz, el de acceso, sería ligeramente más largo que los otros tres. Menos claro está si cada brazo poseería una única nave o, en cambio, habría naves colaterales. Por otra parte, se incide en el lujo de los mármoles y los dorados, que cubrirían respectivamente las paredes y los techos artesonados. El edificio destacaría en altura sobre todo su cimborrio de cubierta cónica, situado sobre el crucero.
Este espacio del crucero tiene en este edificio una decisiva importancia simbólica, ya que se concibe como espacio para el sarcófago en pórfido del emperador Constantino, que estaría flanqueado por una serie de pilares inscritos con los nombres de los doce Apóstoles. Así pues, la iglesia de los Santos Apóstoles se concibe no sólo como un martyrium apostólico, sino también como mausoleo de un emperador que quiere ser venerado como el decimotercero de ellos.
Hasta tal punto era atrevido mostrar al emperador como centro visual y simbólico de la arquitectura, que el espacio se reformuló pocos años después. En el año 356-57, cuando fueron traídas a la iglesia reliquias verdaderas de los Apóstoles, los restos de Constantino se trasladaron a un mausoleo independiente, contiguo al templo. Este nuevo alojamiento ya correspondía al planteamiento tradicional funerario, al ofrecer una planta circular cubierta con cúpula.
Y es que tipológicamente la primitiva iglesia de los Santos Apóstoles ofrece un planteamiento heterodoxo. Si bien hemos de considerarla un martyrium, ofrece novedades frente a los otros grandes martyria cristianos, como la basílica del Santo Sepulcro o la de San Pedro, los cuales lateralizaban el espacio de enterramiento propiamente dicho. Así, mientras en estos ejemplos la zona propiamente martirial está oculta bajo tierra o constituye un apéndice, en el caso del Apostoleion de Constantino el martyrium es una “construcción autosuficiente centrada en el espacio de devoción”. Así pues, la zona martirial es corazón mismo del edificio y en ella confluyen los brazos de las naves, que sirven para albergar a los fieles.


Es el reinado de Justiniano el momento en que la cruz con cúpula se convirtió en unidad básica, esquema que se presta fácilmente a combinaciones de grandes dimensiones. El esquema se repite cinco veces y se dispone en forma de cruz griega con el brazo de entrada algo más largo, siguiendo el planteamiento del edificio predecesor. Ahora sí, se señala la presencia de naves laterales y tribunas, envoltura por tres lados de cada uno de los cuatro brazos. También indica la presencia de las cinco cúpulas, de las cuales sólo la central estaría horadada por ventanas. De las otras cuatro, que serían más bajas, supone que fuesen simple bóvedas vaídas y ciegas.
Las líneas generales de la iglesia justinianea se conocen con certeza, pese a que tampoco se conserva. Las fuentes que poseemos también son escasas: van desde una somera descripción de Procopio a los ecos que tuvo en otros edificios de las provincias, como San Marcos de Venecia o San Juan de Éfeso. Una miniatura de hacia 1100-1150 conservado en la Biblioteca Nacional, en París, revela la apariencia del edificio de los Santos Apóstoles a mediados del siglo XII, y tras haber recibido remodelaciones a mediados del siglo X. En la imagen, destaca particularmente la presencia de las cinco cúpulas, entre las cuales destaca volumétricamente la central.




Planta



San Marcos de Venecia







Mosaicos de la basílica de San Apolinar el Nuevo




 Adoración de los Reyes Magos



Procesión de santos mártires






Vista interior de la nave central con decoración musivaria
 



Cristo ante Pilatos




 Jesús sana al paralítico



Procesión de santas mártires



Jesús sana en Bethseda

Cristo entronizado entre ángeles



Cristo entre santos



Detalle Cristo entre santos



Virgen theotokos entre ángeles



Mosaicos de la basílica de San Apolinar in Classe


En el interior de la basílica, las paredes están desnudas, excepto la del ábside, cubierto por un "manto polícromo" de mosaico, de distintas épocas.
En el centro de la basílica, en el lugar del martirio del Santo, hay un altar antiguo. En la parte superior de la zona del ábside, extendiéndose horizontalmente por toda la anchura del arco se representa a Cristo dentro de un medallón circular. A sus lados, en medio de un mar de nubes estilizadas se hallan los símbolos alados de los evangelistas: El Águila (San Juan), el Hombre (San Mateo), el León (San Marcos) y el Ternero o Toro (San Lucas).

La zona superior presenta en los extremos las representaciones de las dos ciudades que tienen las murallas adornadas con piedras preciosas: son Jerusalén y Belén, de las que surgen los doce apóstoles con forma de corderos. En los lados del arco hay dos palmeras, que en la literatura bíblica simbolizan al justo. Bajo éstas están las figuras de los arcángeles Miguel y Gabriel, con el busto de San Mateo y de otro santo difícilmente identificable.
Toda la decoración de la zona del ábside se remonta casi a mediados del siglo VI y puede dividirse en dos zonas:
  1. En la parte superior un gran disco cierra un cielo estrellado sobre el que se sitúa una cruz con piedras preciosas, que simboliza el cruce de los brazos y la faz de Cristo. Sobre la cruz se ve una mano que surge de las nubes: es la mano de Dios. A los lados del disco están las figuras de Elías y Moisés. Los tres corderos situados un poco más abajo, justo donde empieza la zona verde, con el hocico vuelto hacia la cruz simbolizan a los apóstoles Pedro, Santiago y Juan: es claramente una representación de la Transfiguración de Cristo en el Monte Tabor.
  2. En la zona más baja se extiende un verde valle florido, en el que hay rocas, arbustos, plantas y aves. En el centro se erige solemne la figura de San Apolinar, primer obispo de Rávena, con los brazos abiertos en actitud orante: de hecho está representado en el momento de elevar su plegaria a Dios para que conceda la gracia a los fieles que están a su cargo, representados por doce ovejas blancas.
En los espacios situados entre las ventanas están representados cuatro obispos, fundadores de las principales basílicas de Rávena: Ursicino, Orso, Severo y Ecclesio, con hábito sacerdotal y llevando un libro en la mano.





Mosaicos de la basílica de San Vital de Rávena


Comitiva de la emperatriz Teodora



La Santísima Trinidad



El Cordero de Dios (Agnus Dei) entre ángeles



Detalle de la comitiva de la emperatriz Teodora